martes, 17 de mayo de 2016

TORMENTA DESGRACIADA


(UNA CARTA SIN TITULO)

En esta mañana gris, entristecida por que el sol, empapado en llanto no quiso
brillar más; En la noche anterior, la luna decidió no acompañarlo más en este
hermoso mundo. En este pálido día quise recordar toda nuestra historia de amor,
espero que no te moleste…

El llanto de aquellos en el cielo, que desde ahí, se encargaron de enlazar nuestras
tiras de hermosa lana… nuestras vidas. El implacable destino decidió que dos
pequeños jóvenes, locos al sentir tan apasionado calor que ardía en sus
corazones, compartieran su vida, sus caricias, sus besos, compartiendo todo y
Esta hermosa combinación tuvo como nombre amor… dando vida a una gran
cadena de felices momentos e inolvidables recuerdos que hoy se postran ante mi,
dando tristeza y desilusión a mi vida, al saber que ya no volverán. Un estanque
vacío, un bosque sin arboles, un amor incompleto, condenado a toda una
eternidad sin ella… sin mi amor.
Al atardecer, mis pies cansados de tanto caminar, suplican el regreso de aquel
apoyo que me daba tranquilidad, aquel apoyo que me permitía seguir adelante sin
Ha empezado a llover… el viento con gran fuerza sopla, la tormenta implacable
como siempre; camino hacia el balcón y salgo, -¡que frio tan atroz!-. Intento mirar
al cielo entre la dura lluvia, mi cabeza es invadida por un gran y profundo mar de
recuerdos; las gotas de la lluvia, transformadas en recuerdos, caen sobre mi rostro
dejando un dolor intenso. Los truenos tan feroces, son aquellos momentos de gran
pasión llegando tan salvajes al jardín de mi casa; están furiosos después de
haberse perdido en el tiempo, esperanzados en que algún día podrán encontrar su
Este espeluznante frió envuelve mi dolor, y le da mas fuerza para que choque con
mi cálido corazón. Decidí resguardarme en mi hogar, sentado en aquel sillón
antiguo ubicado a un lado de la cálida chimenea, en donde sabia que no sentiría
frio. Allí sentado, observe como un gran viento rompe mi ventana y abusando de
mi confianza, él apaga la cálida llama de la chimenea; la oscuridad invade mi
hogar, aquel temor que sentía, fue aumentando mas y mas con cada minuto que
pasaba. A lo lejos, escuche unos gritos espantosos pero no lograba entender que
decían; golpeaban las puertas, uno a uno los vidrios explotaban; los gritos se
acercaban y se acercaban cada vez mas, entonces, pude
Entender que decían: -la perdiste, la perdiste; desgraciado serás.- seguían
acercándose, cada vez mas fuerte, no los soportaba; de repente, terribles
espectros empezaron a desfilar ante mi, burlándose de mi dolor, seguían
repitiendo: -la perdiste, la perdiste; desgraciado serás.- No entendía lo que estaba
sucediendo , mas y mas espectros pasaban, burlas y risas escuchaba… -
¡Malditos espectros, dejen de burlarse de mi dolor, tan solo soy un pobre
desgraciado que perdió a su amada, y con ella, las ganas de vivir!-. en ese
momento pude comprender todo, tan solo soy ese desgraciado que entre burlas
ellos proclamaban…

Cuando por fin pude entender todo, la casa se silencio y los espectros
desaparecieron; entonces, subí a mi habitación y tome un revolver que tenia
guardado. En medio de esa fría y nublada noches, un tiro silencio mi vida;
cansado de tanto dolor, decidí descansar y unirme a aquellos espectros que vagan
por el mundo burlándose de los dolores de los mortales, convirtiéndome en aquel
desgraciado que perdió a su gran amada.


Daniel Ricardo Monroy

3 comentarios:

  1. La literatura nos pone en contacto con las emociones más profundas de personas y
    personajes que representan mundos y experiencias distintas. Entrar en sintonía con ellos,
    además de ampliar el horizonte de nuestra mirada, nos da la oportunidad de crecer en
    humanidad y respeto hacia los otros. De este modo, la literatura se convierte en un gran
    incentivo para consolidar lazos de entendimiento entre la gente.

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  2. Gracias Lolita, por tan buen aporte y por supuesto estoy en total acuerdo contigo es el incentivo presente y constante que no hay que abandonar.

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  3. Resultan increibles las sorpresas con las que me encuentro. Creo que, en definitiva, el tiempo resulta pasar muy rápido. Es encantador retomar estos escritos. Gracias, María.

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